Tal vez, a priori, es difícil creer que exista una relación entre las enfermedades periodontales y las enfermedades cardiovasculares, pero hay factores comunes que hacen sospechar a los investigadores de su evidente relación.
No se puede afirmar que una provoque a la otra, ni viceversa, pero la lógica invita a pensar en algún tipo de factor común a estas dos enfermedades que cada día las relacionan más.
En este artículo vamos a estudiar algunos de los motivos por los cuales se han visto unidas estas dos enfermedades a la hora de investigar sus causas.
¿En que se asemejan estas dos enfermedades?
– Frecuencia de diagnóstico: Son dos enfermedades altamente detectadas en personas de todo el mundo. Como prueba clara, las enfermedades cardiovasculares son el mayor motivo de muerte en países desarrollados, mientras que la periodontitis se detecta, en mayor o menor grado, en 8 de cada 10 personas con una edad que supere los 35 años.
– Bacterias influyentes: Ya que la periodontitis descubre un aumento de bacterias infecciosas debajo de las encías, dichas bacterias se han descubierto en diferentes órganos a lo largo de la enfermedad periodontal, pudiendo provocar estas bacterias problemas en dichos órganos, como puede ser por ejemplo el corazón.
– Los motivos de riesgo que producen ambas enfermedades se asemejan bastante, pudiendo hacer comunes motivos como el tabaco, el estrés, la obesidad y una forma de vida poco saludable.
Prevenir ambas enfermedades, fundamental.
La prevención es fundamental en el tratamiento tanto de la periodontitis como de las enfermedades cardiovasculares, por lo tanto, llevar a cabo cada uno de los hábitos que previenen alguna de ellas, repercutirá positivamente en la prevención de la otra.
Por ejemplo, conocer los primeros síntomas de periodontitis, como puede ser el sangrado de encías o las modificaciones físicas de la encía, pueden prevenir también cualquier posible enfermedad cardiovascular.
¿Qué hábitos mejoran ambas enfermedades?
Si existen factores comunes de producción de ambas enfermedades, por lo tanto también hay hábitos comunes para la prevención. No fumar, realizar deporte, comer bien y llevar una vida relajada ayudan a ambas. Pero por ejemplo hábitos como llevar una buena salud dental y visitar al dentista continuamente, repercuten positivamente en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Más allá de si estas dos enfermedades están relacionadas o no, debemos de cuidar la prevención de ambas, y tener en cuenta los consejos de nuestros médicos y dentistas.
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